Tema eternamente infantil, este que nos brinda el niño mimado. Y es hoy algo que abunda en todas las familias. Hoy se ve por todas partes, presentando caracteres comunes, aunque las modalidades externas sean muchas veces diferentes. Puede afirmarse que jamás la infancia disfrutó tan amplia libertad para hacer cuanto se le ocurra, como en nuestros días. Y es sensible. No se trata de una libertad consciente, no; es una libertad sin límites ni cortapisas. Se ha buscado tanto en todas las cuestiones el menor esfuerzo, que hasta los padres prefieren dejar a sus hijos entregados muchas veces a su solo y propio instinto, que tomarse la molestia de reprender, o explicar sencillamente. El trato rígido al niño desapareció, por fortuna; pero en su lugar queda una blandura incomprensible, en padres que presumen de energía para otras cosas. Se observa otro caso interesante. Se trata de un pequeño-cuatro años-despierto y naturalmente gracioso. Es el encanto de todos los hermano